En estos días comienza el curso
en las Escuelas Infantiles y en los colegios.
Cuando niños y niñas asisten por primera vez, se produce un cambio importante en sus vidas. Es la primera vez que se separan de la familia para acudir a un lugar desconocido, en el que tendrán que relacionarse con otros adultos y otros niños y niñas que no conocen.
Esto supone que los primeros días puedan pasarlo un poco mal (tanto ell@s como sus familias), aunque con el tiempo se van adaptando. Por otra parte, gracias a esta nueva experiencia, niñas y niños aprenderán a relacionarse con los demás y aumentarán su autonomía, entre otras cosas.
Es normal que los primeros días lloren, se aíslen, no jueguen con sus compañer@s ni quieran ser atendid@s por sus educadoras o que se nieguen a separarse de algún objeto que hayan traído de casa.
Es posible que algun@s de los niños y niñas que no han mostrado este tipo de
conductas en el centro, muestren en casa ansiedad, celos ante herman@s,
alteraciones de sueño, vómitos, agresividad u otros comportamientos negativos.
Estos comportamientos, muy comunes durante las primeras semanas, desaparecerán con el tiempo, según el ritmo de cada niñ@, más rápido para un@s y algo más lento para otr@s.
Estos comportamientos, muy comunes durante las primeras semanas, desaparecerán con el tiempo, según el ritmo de cada niñ@, más rápido para un@s y algo más lento para otr@s.
Ya de por sí, es duro para nuestr@s pequeñ@s separarse de sus familias y asistir a un lugar que no conocen, rodeados de otros niñ@s y adultos que no conocen (dejando de ser, además, el centro de atención, como son en casa). Si además, cuando su mamá, por ejemplo, los deja con cara de preocupación, con lágrimas en los ojos o con comentarios del tipo "qué pena, con lo pequeño que es", el malestar que sienten se multiplica. Es por esto muy importante que la familia (aunque también tenga que adaptarse a la separación) muestre delante de sus hij@s aplomo y seguridad.
Es por ello que, en la mayoría
de los centros, se realiza, de acuerdo con las familias, el periodo de
adaptación, que consiste en ir llevando a l@s pequeñ@s al centro durante cortos
periodos de tiempo al principio, y, progresivamente, ir aumentanto el tiempo de
permanencia hasta que se quedan toda la mañana. Aunque, en algunos centros no
es obligatorio, sí es muy recomendable hacerlo. Incluso aunque ya hayan
estado asistiendo el curso anterior, tienen que volver a adaptarse, después de
todo el verano sin asistir (aunque esta vez, lo harán más rápidamente).
Este periodo de adaptación,
también es conveniente para las educadoras y educadores del centro, para
ir conociendo y adaptarse a las características de cada uno de los menores que
asisten.
Algunas recomendaciones para que
nuestros pequeñ@s se adapten lo antes posible:
- Antes de que empiece el curso, acostumbrarles a estar con
personas distintas: abuel@s, tí@s, prim@s... De esta manera, tanto los
progenitores como los menores, se irán acostumbrando a estar separad@s.
- No sería adecuado, en este momento, introducir otros cambios
en sus vidas: quitarles el chupete o los pañales, pasarlos a dormir
sol@s... Todos estos cambios pueden hacerse, uno por uno, una vez superado
el periodo de adaptación.
- La familia debe actuar con calma y seguridad, explicando a su
hij@ que va a asistir a un lugar en el que va a aprender muchas cosas y va
a poder jugar con otr@s niñ@s y que después volverán a recogerle.
- Los primeros días es importante que sean su mamá y/o su papá
quienes les lleven y recojan. De esta forma sentirán mayor seguridad y se
adaptarán antes.
- Preparar juntos el baby y la mochila.
- Es importante despedirse con alegría y seguridad, de forma
que entiendan que, protesten o no, van a quedarse en el centro. Si la familia
desaparece sin despedirse, l@s niñ@s se sentirán insegur@s, por lo que
tardarán más en adaptarse.
- No se debe mentir ni decir cosas del estilo: "no
llores,que mamá se va triste", "¿qué te han hecho?"
"qué pena que te hemos dejado solita". Les haremos sentirse aún
peor.
- De acuerdo con el centro, se le puede dar algún objeto (un
muñeco, un trapito) que le dé al menor mayor seguridad los primeros días.
- La puntualidad es muy importante a la hora de la recogida, ya
que esperar más de lo previsto puede hacer que se incremente la sensación
de "abandono".
- Reacciones normales en la recogida pueden ser alegría, llanto
o indiferencia.
- Es recomendable preguntarle qué ha hecho en el centro, por
sus amig@s, etc. y escucharle, elogiando sus trabajos, etc...
Si se siguen las indicaciones
del centro, no tiene por qué surgir ningún problema (hay que tener en cuenta
que cada niñ@ tiene su propio ritmo), la mayoría de l@s niñ@s se adaptan en
poco tiempo.
A veces, las familias pueden
sentirse mal cuando dejan a sus hij@s llorando en el centro, una vez avanzado
el curso. Pero, en la mayoría de las ocasiones, tras marcharse su familia, no
tardan ni un minuto en ponerse a jugar con sus amig@s. Este llanto sería una
forma de probar si pueden conseguir salirse con la suya.
En algunos casos excepcionales, en los que el menor presentase problemas de
adaptación, y siempre siguiendo las indicaciones del centro, podría solicitarse
ayuda especializada.
Una vez superado el periodo de adaptación, el centro educativo será para vuestros hijos un lugar en el que aprender, jugar y un punto de encuentro con sus amig@s.
Fuente: pinceladasdepsicologia.blogspot.com
Fuente: pinceladasdepsicologia.blogspot.com