Vivimos rodeados de comparaciones continuas que no hacen nada más que elevarnos la autoestima o, en su defecto, hundirla hasta límites insospechados.
En las comparaciones siempre hay alguien que va a salir perdiendo y alguien que va a salir ganando. Eso para nada es positivo, ni siquiera para la persona que sale ganando. Compararse, que nos comparen, resta en nuestra vida, no suma.
No somos la fotocopia de nadie, no podemos compararnos con nadie. Cada uno de nosotros es único y especial, compararnos entre nosotros es una forma inútil de pretender ser mejores cuando realmente somos diferentes.
No te compares con nadie, ten la cabeza bien y alta y recuerda: no eres mejor ni peor, simplemente eres tú y eso nadie lo puede superar
¡Eres único en el mundo!
A pesar de que nacemos aprendiendo una serie determinada de cosas (cómo comportarnos, cómo hablar…) y que podemos “copiar” formas de hablar, formas de andar, de los familiares que tenemos más cerca de nosotros, la verdad es que aún así cada uno de nosotros es único en este mundo.
Nunca, pero nunca, habrá nadie más que tú. Aunque te lo puedas plantear, es algo imposible. Es por esta razón que las comparaciones son algo que no sirven absolutamente para nada. Las comparaciones nacieron en el afán de motivar a esa persona que sale favorecida en la comparación e impulsar a la otra a que se esfuerce para ser como ella.
Esto es algo totalmente imposible. La persona que no sale favorecida en la comparación, por mucho que se esfuerce nunca podrá ser como la otra persona. Esto solo le generará frustración, porque jamás logrará lo que los demás pretenden, o lo que ella misma pretende si se está comparando.
Es importante que reflexionemos sobre el tema de compararnos nosotros mismos, desde nuestro interior, con otras personas. Porque esto es un claro ejemplo de envidia.
Cuando envidiamos a otra persona aspiramos a ser como ella, a alcanzar lo que ella ha conseguido. Pero, ¿pretendes ser cómo ella? Quizás en tus manos no esté recorrer su mismo camino. Sigue el tuyo propio, no pretendas recorrer caminos que no te pertenecen.
Como podemos apreciar, las comparaciones no traen nada bueno, si no sentimientos negativos. Aunque la comparación no nazca de la envidia, quizás sí genere rencor hacia la otra persona, la que sale airosa en dicha comparación.
Hoy que has comprendido que las comparaciones no traen nada bueno a tu vida, es importante que las elimines de tu vida. Las personas que están a tu alrededor, probablemente intenten seguir comparándote con los demás, incluso tu “yo” más interno puede tener esa tendencia en ocasiones.
Pero, tanto si la comparación sale de ti mismo, como si las recibes de forma externa, es el momento de esforzarse en hacer oídos sordos ante algo que nos descalificará y nos impulsará hacia atrás, en vez de hacia delante.
No busques la aprobación de los demás: compararse con los demás hace que nos preocupemos por cómo nos están viendo, por eso siempre que podemos buscamos que los demás aprueben lo que estamos haciendo.
Además, nos sentimos inseguros, no sabemos si lo estamos haciendo bien, no estamos siguiendo nuestro propio camino. Estate seguro de ti mismo y sigue tu propio camino. En él, también lograrás grandes cosas.
No pretendas ser admirado ni admirar: ya que eso alimenta tu ego. Es mejor encontrar a alguien que sea tu fuente de inspiración, que te ayude a conseguir tus propias metas. No pretendes admirar y ser como alguien, y que después pase lo mismo contigo.
Nadie es perfecto: seguramente estés viendo a esa persona con la que te comparas (o te comparan) de una forma perfecta, pero realmente no es así. Esa es una realidad que tu mente ha querido crear. Nadie es perfecto, tú tampoco. Y esa es la más bonita prueba de perfección.
Ahora que ya sabes que debes huir de las comparaciones, es el momento de tirarlas a la basura, mirar hacia delante y empezar a a ser tú mismo.
Tú tienes una personalidad única y especial, solo hace falta descubrirla. Una vez que salga te sentirás a gusto contigo mismo y ya no tendrás que preocuparte de compararte o de que te comparen con alguien.
Confía en ti, estate seguro de ti mismo.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/las-comparaciones-siguen-siendo-odiosas/
En las comparaciones siempre hay alguien que va a salir perdiendo y alguien que va a salir ganando. Eso para nada es positivo, ni siquiera para la persona que sale ganando. Compararse, que nos comparen, resta en nuestra vida, no suma.
No somos la fotocopia de nadie, no podemos compararnos con nadie. Cada uno de nosotros es único y especial, compararnos entre nosotros es una forma inútil de pretender ser mejores cuando realmente somos diferentes.
No te compares con nadie, ten la cabeza bien y alta y recuerda: no eres mejor ni peor, simplemente eres tú y eso nadie lo puede superar
¡Eres único en el mundo!
A pesar de que nacemos aprendiendo una serie determinada de cosas (cómo comportarnos, cómo hablar…) y que podemos “copiar” formas de hablar, formas de andar, de los familiares que tenemos más cerca de nosotros, la verdad es que aún así cada uno de nosotros es único en este mundo.
Nunca, pero nunca, habrá nadie más que tú. Aunque te lo puedas plantear, es algo imposible. Es por esta razón que las comparaciones son algo que no sirven absolutamente para nada. Las comparaciones nacieron en el afán de motivar a esa persona que sale favorecida en la comparación e impulsar a la otra a que se esfuerce para ser como ella.
Esto es algo totalmente imposible. La persona que no sale favorecida en la comparación, por mucho que se esfuerce nunca podrá ser como la otra persona. Esto solo le generará frustración, porque jamás logrará lo que los demás pretenden, o lo que ella misma pretende si se está comparando.
Es importante que reflexionemos sobre el tema de compararnos nosotros mismos, desde nuestro interior, con otras personas. Porque esto es un claro ejemplo de envidia.
Cuando envidiamos a otra persona aspiramos a ser como ella, a alcanzar lo que ella ha conseguido. Pero, ¿pretendes ser cómo ella? Quizás en tus manos no esté recorrer su mismo camino. Sigue el tuyo propio, no pretendas recorrer caminos que no te pertenecen.
“Las comparaciones nunca son buenas y menos entre hermanos, ya que estás propiciando a que genere rencor y que su relación se vaya desgastando con el tiempo. Además, de que sentirá que el cariño que tú como padre les tienes, no es parejo”
-Anónimo-
Como podemos apreciar, las comparaciones no traen nada bueno, si no sentimientos negativos. Aunque la comparación no nazca de la envidia, quizás sí genere rencor hacia la otra persona, la que sale airosa en dicha comparación.
Hoy que has comprendido que las comparaciones no traen nada bueno a tu vida, es importante que las elimines de tu vida. Las personas que están a tu alrededor, probablemente intenten seguir comparándote con los demás, incluso tu “yo” más interno puede tener esa tendencia en ocasiones.
Pero, tanto si la comparación sale de ti mismo, como si las recibes de forma externa, es el momento de esforzarse en hacer oídos sordos ante algo que nos descalificará y nos impulsará hacia atrás, en vez de hacia delante.
No busques la aprobación de los demás: compararse con los demás hace que nos preocupemos por cómo nos están viendo, por eso siempre que podemos buscamos que los demás aprueben lo que estamos haciendo.
Además, nos sentimos inseguros, no sabemos si lo estamos haciendo bien, no estamos siguiendo nuestro propio camino. Estate seguro de ti mismo y sigue tu propio camino. En él, también lograrás grandes cosas.
No pretendas ser admirado ni admirar: ya que eso alimenta tu ego. Es mejor encontrar a alguien que sea tu fuente de inspiración, que te ayude a conseguir tus propias metas. No pretendes admirar y ser como alguien, y que después pase lo mismo contigo.
Nadie es perfecto: seguramente estés viendo a esa persona con la que te comparas (o te comparan) de una forma perfecta, pero realmente no es así. Esa es una realidad que tu mente ha querido crear. Nadie es perfecto, tú tampoco. Y esa es la más bonita prueba de perfección.
“La personalidad comienza donde las comparaciones terminan”
-Karl Lagerfeld-
Ahora que ya sabes que debes huir de las comparaciones, es el momento de tirarlas a la basura, mirar hacia delante y empezar a a ser tú mismo.
Tú tienes una personalidad única y especial, solo hace falta descubrirla. Una vez que salga te sentirás a gusto contigo mismo y ya no tendrás que preocuparte de compararte o de que te comparen con alguien.
Confía en ti, estate seguro de ti mismo.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/las-comparaciones-siguen-siendo-odiosas/