Desde
1997, el 11 de abril es el Día Mundial del Parkinson, fecha establecida por la
OMS, Organización Mundial de la Salud, para hacer partícipe a la sociedad de
las necesidades de las personas con esta dolencia de este trastorno
neurodegenerativo que produce serias dificultades motoras en el cuerpo.
Es una enfermedad neurodegenerativa, crónica e invalidante, desconocida para las personas que no tienen o han tenido un contacto directo con la enfermedad y muy estigmatizada. Según estimaciones de la Federación, afecta a más de 160.000 personas en España, 30.000 de las cuales están sin diagnosticar.
Es una enfermedad neurodegenerativa, crónica e invalidante, desconocida para las personas que no tienen o han tenido un contacto directo con la enfermedad y muy estigmatizada. Según estimaciones de la Federación, afecta a más de 160.000 personas en España, 30.000 de las cuales están sin diagnosticar.
Existen tantos párkinson como personas lo padecen porque la
enfermedad se manifiesta de forma diferente en cada persona tanto en la
sintomatología como evolución de la enfermedad o respuesta a los tratamientos y
a las terapias rehabilitadoras, lo que hace necesaria una atención
personalizada.
En la actualidad, se desconocen las causas que provocan la
enfermedad y no tiene cura; sin embargo, existen una gran cantidad de terapias
y tratamientos dirigidos a atenuar los síntomas y mejorar la calidad de vida de
las personas con párkinson.
Es una enfermedad desconocida.
El párkinson es una enfermedad muy desconocida para la sociedad
alrededor de la cual existen multitud de falsos estereotipos de los que
destacan dos: la edad de aparición y el temblor como síntoma característico. La
mayor parte de las personas afectadas tienen más de 65 años, pero no es
exclusiva de las personas mayores.
Según estimaciones de la Federación Española
de Párkinson una de cada 5 personas afectadas, es menor de 50 años. Por otro
lado, el párkinson es mucho más que el temblor, en la enfermedad intervienen un
amplio abanico de síntomas tales como la apatía, la lentitud de pensamientos y
de movimientos o la depresión, entre otros. De hecho, muchos de ellos provocan
más invalidez que el temblor en reposo como por ejemplo la rigidez, la ausencia
de expresión facial o los problemas de equilibrio (principal causa de las
caídas).
La falta de conocimiento a menudo conduce al estigma y éste
puede llegar a provocar el aislamiento social de las personas afectadas. En
ocasiones, síntomas como la rigidez muscular o la inestabilidad postural se
interpretan como embriaguez y la apatía o inexpresividad facial, con la falta
de interés. Todo ello provoca que, tanto ellos como sus familiares, tengan que
hacer frente a dificultades derivadas de la incomprensión social. Un mayor
conocimiento de la enfermedad conduciría a comprenderla mejor y, por ende,
borrar este estigma.
Para luchar contra este desconocimiento y sus consecuencias para
las personas que conviven con la enfermedad, la FEP y las asociaciones de
párkinson de toda España desarrollamos campañas de sensibilización con el
principal objetivo de darla a conocer y dar visibilidad a las más de 160.000
familias afectadas.
Síntomas.
En el párkinson intervienen un amplio y variado abanico de
síntomas pero no todas las personas que conviven con la enfermedad desarrollan
los mismos; por otro lado, también depende de la etapa en la que se encuentren,
ya que a medida que la enfermedad avanza puede aparecer nueva sintomatología.
SÍNTOMAS MOTORES: Son los síntomas más
frecuentes, y comúnmente
denominados como cardinales, son: bradicinesia (lentitud de movimientos),
rigidez, inestabilidad postural y temblor. Estos son conocidos como síntomas
motores ya que afectan al movimiento.
SÍNTOMAS NO MOTORES: Aunque durante mucho tiempo los síntomas
motores se han considerado fundamentales en la enfermedad, cada vez va cobrando
más importancia la sintomatología no motora por el impacto que provoca en la
vida diaria de las personas afectadas. Estos síntomas son muy variados y pueden
aparecer en cualquier etapa, aunque cobran más relevancia en las más avanzadas.
Entre los síntomas no motores de la enfermedad se encuentran: el estreñimiento,
el exceso o ausencia de salivación, trastornos de la deglución (dificultad para
tragar y disfagia), la apatía, depresión o el insomnio, entre muchos otros.
Más información: http://www.diamundialdelparkinson.org/