En artículos anteriores ya os hablamos de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, la cual defiende que las personas están constituidas por las ocho inteligencias y las tienen en diferentes grados, reflejando así sus fortalezas y debilidades que conforman sus personalidades. Esas ocho inteligencias son: la lingüística, la lógico-matemática, la espacial, la musical, la corporal-cinestésica, la naturalista, la interpersonal y la intrapersonal.
El psicólogo Daniel Goleman popularizó más adelante la inteligencia emocional que consiste en la capacidad de conocer y entender qué sentimos nosotros mismos y qué sienten los demás, pudiendo gestionar y controlar las emociones/estados de ánimo propios y ajenos.
Podemos relacionar la inteligencia emocional con dos inteligencias múltiples de Gardner: la interpersonal y la intrapersonal.
La inteligencia emocional tiene que ver con la inteligencia interpersonal ya que se manifiesta mucho la empatía, entender a los demás sin juzgar desde un primer momento, y esto significa aportar emoción a la situación, sentir lo que siente la otra persona. También se manifiestan las habilidades sociales; mantener conversaciones o trabajar en equipo comporta expresar ciertas emociones y captar las de los demás.
La inteligencia emocional tiene que ver con la inteligencia intrapersonal ya que se pone en marcha la autoconsciencia y el control emocional, ayudándonos a nosotros mismos a conocer y regular nuestras propias emociones y tener la capacidad de motivarnos y motivar a los demás.
Como consecuencia, trabajar la educación emocional con los peques es muy importante, ya que del conocimiento y de la gestión de las emociones propias y ajenas realicen, dependerá en gran medida para que se conviertan en adultos con una personalidad positiva y equilibrada.
El psicólogo Daniel Goleman popularizó más adelante la inteligencia emocional que consiste en la capacidad de conocer y entender qué sentimos nosotros mismos y qué sienten los demás, pudiendo gestionar y controlar las emociones/estados de ánimo propios y ajenos.
Podemos relacionar la inteligencia emocional con dos inteligencias múltiples de Gardner: la interpersonal y la intrapersonal.
La inteligencia emocional tiene que ver con la inteligencia interpersonal ya que se manifiesta mucho la empatía, entender a los demás sin juzgar desde un primer momento, y esto significa aportar emoción a la situación, sentir lo que siente la otra persona. También se manifiestan las habilidades sociales; mantener conversaciones o trabajar en equipo comporta expresar ciertas emociones y captar las de los demás.
La inteligencia emocional tiene que ver con la inteligencia intrapersonal ya que se pone en marcha la autoconsciencia y el control emocional, ayudándonos a nosotros mismos a conocer y regular nuestras propias emociones y tener la capacidad de motivarnos y motivar a los demás.
Como consecuencia, trabajar la educación emocional con los peques es muy importante, ya que del conocimiento y de la gestión de las emociones propias y ajenas realicen, dependerá en gran medida para que se conviertan en adultos con una personalidad positiva y equilibrada.
Fuente: http://actividadesinfantil.com/archives/15254