Cuando hablamos de disgrafía nos referimos a un trastorno de la escritura que afecta a la forma o al contenido y la manifiestan niños que no presentan problemas intelectuales, neurológicos, sensoriales, motores, afectivos o sociales. Las dificultades disgráficas consisten en un déficit en la calidad de la escritura. Se caracteriza por una escritura tan defectuosa, desde el punto de vista formal, que llega a ser casi ilegible.
a) Rigidez: cuando el niño tiene que escribir sometido a las presiones habituales de la escuela se aprecia un trazado irregular y lleno de tropiezos; hay una excesiva inclinación de la escritura y las palabras están muy apretadas.
Las causas de las disgrafía no están claras, como lo evidencia el hecho de que los sujetos disgráficos no poseen ningún déficit neurológico ni sufren discapacidad mental o retrasos específicos del lenguaje.
La sintomatología de los niños que padecen este trastorno se agrupa en cinco grupos de síntomas:
a) Rigidez: cuando el niño tiene que escribir sometido a las presiones habituales de la escuela se aprecia un trazado irregular y lleno de tropiezos; hay una excesiva inclinación de la escritura y las palabras están muy apretadas.
b) Flojedad: la escritura es excesivamente redonda extendida hacia lo ancho; las letras son difusas y el trazado indeciso, la base de las palabras, en lugar de ser recta danza sobre la línea y los márgenes son muy pequeños.
c) Impulsividad: el conjunto general de la escritura da la impresión de correr de un extremo de la hoja a otro, sin preocuparse por la calidad del grafismo, las formas son imprecisas, los márgenes excesivamente reducidos y los finales de las palabras, los acentos y la puntuación están indebidamente prolongados.
d) Torpeza: las formas son pesadas y mal proporcionadas, las uniones entre las letras son muy infantiles, la página está muy mal organizada, las palabras bailan sobre la línea o los espacios entre las palabras y las líneas están muy mal repartidos, dando a la página un aspecto de desorden y confusión, siendo muy frecuentes las tachaduras, los
borrones y las manchas.
borrones y las manchas.
e) Lentitud e hiperprecisión: este último grupo de síntomas implica una lentitud considerable en la escritura y una excesiva preocupación y respeto por acatar las indicaciones dadas por el profesorado; aparece una preocupación patológica por la compaginación.
Los docentes que sospechamos que tenemos algún alumnos con este trastorno debemos estar alerta a estos síntomas que os nombramos de manera más concreta en el listado que os presentamos a continuación, y que nos ayudarán a detectar a posibles alumnos disgráficos, y así poderlos tratar a tiempo con una reeducación adecuada que nos indicarán los profesionales indicados para ello (no olvidemos que aunque nosotros sospechemos que existe algún trastorno, estos deben ser diagnosticados por los especialistas).
Los síntomas más frecuentes suelen ser los siguientes:
– El niño no recuerda como se escribe determinadas letras o números.
– La escritura parece una serie de garabatos, prácticamente ilegibles.
– Le resulta difícil distinguir entre mayúsculas y minúsculas y a veces las entremezcla.
– Escribe “en espejo” ciertas letras, números o palabras.
– Al trazar ciertas letras o números, procede de abajo hacia arriba.
– La escritura tiende a saltar de arriba abajo.
– Retoca y enmienda varias veces las letras.
– Altera la estructura normal de las oraciones.
– No termina correctamente los ángulos.
– Tiende a dibujar “orejas” cuando se encuentran o cambian de dirección las líneas.
– Le resulta difícil mantenerse en el renglón.
– Omite letras o sílabas en determinadas palabras
– Agrega letras innecesarias.
– Repite determinadas sílabas en el lenguaje oral
– Agrega unidades de sonido innecesarias en el lenguaje oral
– La escritura parece una serie de garabatos, prácticamente ilegibles.
– Le resulta difícil distinguir entre mayúsculas y minúsculas y a veces las entremezcla.
– Escribe “en espejo” ciertas letras, números o palabras.
– Al trazar ciertas letras o números, procede de abajo hacia arriba.
– La escritura tiende a saltar de arriba abajo.
– Retoca y enmienda varias veces las letras.
– Altera la estructura normal de las oraciones.
– No termina correctamente los ángulos.
– Tiende a dibujar “orejas” cuando se encuentran o cambian de dirección las líneas.
– Le resulta difícil mantenerse en el renglón.
– Omite letras o sílabas en determinadas palabras
– Agrega letras innecesarias.
– Repite determinadas sílabas en el lenguaje oral
– Agrega unidades de sonido innecesarias en el lenguaje oral
Fuente: http://actividadesinfantil.com/archives/9876